Era una tarde fresca de otoño en Lima, la agenda se tornaba apretada para esa tarde, después de todo me la ingenie para sumergirme en las oscuras artes de la procrastinación y dejé para el ultimo la primera lectura para la practica de cosmología. - “Almuerzo, leo 2 horas y de ahí la práctica”- pensaba mientras formaba la cola para el almuerzo en la cafetería principal.
Las clases de ese curso se tornaban aburridas, no conocía a nadie, siempre terminaba sentándome en la 3ra o 4 fila, a mi alrededor no veía mas que 1 ó 2 chicas que se veían bonitas, quizá podría decir que eran agradables a la vista pero por ese entonces seguía pensando en otra persona; tal vez era soberbia, tal vez exhibía timidez absoluta, pero intentaba convencerme que no valía la pena conocer a alguien ahí, después de todo no pertenecía a ese lugar, era solo un extraño forastero que pasaba un semestre por ahí.